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Por qué los fumadores desconfían de los métodos para dejar de fumar (y cómo esto se convierte en una excusa para seguir fumando)

Existe un fenómeno psicológico común entre muchos fumadores: la desconfianza hacia los métodos para dejar de fumar. Frases como "nada funciona", "esos parches son un engaño" o "si la laserterapia sirviera, todo el mundo ya habría dejado de fumar" son argumentos recurrentes. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Es realmente una falta de fe en los tratamientos o simplemente una excusa para seguir fumando? Analicémoslo.





1. La negación como mecanismo de defensa


La adicción a la nicotina crea una fuerte dependencia que hace que el cerebro busque justificar la continuidad del hábito. Una forma de hacerlo es minimizar la efectividad de cualquier método que amenace con quitar el cigarrillo de la ecuación. De este modo, el fumador se convence de que no vale la pena intentarlo, evitando así el esfuerzo y el temor al fracaso.


2. El miedo al síndrome de abstinencia


Uno de los mayores temores de quienes fuman es enfrentar los síntomas de abstinencia: ansiedad, irritabilidad, insomnio, entre otros. La creencia de que los métodos no funcionan sirve como un escudo para no enfrentarse a estos efectos. Si ningún método es confiable, entonces no hay necesidad de intentarlo, lo que a su vez justifica seguir fumando.


3. Expectativas poco realistas


Muchos fumadores esperan una solución mágica e inmediata para dejar de fumar. Cuando prueban un método y experimentan dificultades, concluyen rápidamente que no funciona. En realidad, dejar de fumar es un proceso gradual que requiere compromiso, ajustes y, en muchos casos, combinar diferentes estrategias.


4. Sesgo de confirmación


El fumador puede buscar información que refuerce su creencia de que ningún método es efectivo. Si alguien prueba la laserterapia y no le funciona, se convierte en una prueba más de que "nada sirve". Sin embargo, se ignoran los casos de éxito o los estudios científicos que respaldan la efectividad de la misma


5. La comodidad del hábito


Fumar no solo es una adicción química, sino también un hábito profundamente arraigado en la vida diaria. El acto de fumar está ligado a rutinas, momentos de relajación y socialización. La idea de dejarlo genera incomodidad, y desconfiar de los métodos es una forma de evitar el cambio.


6. La influencia del entorno


Si un fumador está rodeado de personas que también fuman y comparten la creencia de que "nada sirve", es más probable que adopte la misma postura. La presión social y la falta de apoyo pueden reforzar la resistencia a probar alternativas.


Conclusión: La clave está en la mentalidad


Dejar de fumar no es solo encontrar el "método perfecto", sino tener la disposición de hacerlo. La mayoría de los métodos tienen una tasa de éxito mayor cuando el fumador está verdaderamente comprometido. En lugar de descartar todas las opciones, es más útil informarse, buscar apoyo y estar abierto a combinar estrategias.

La próxima vez que escuches o digas "nada funciona", pregúntate: ¿realmente lo intenté con compromiso o simplemente estoy buscando una excusa para seguir fumando?


Si necesitas ayuda para dejarlo contacta con nosotros en el 640863248


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