Como terapeuta con años de experiencia en ayudar a pacientes a dejar el tabaco, he podido observar que el principal obstáculo que enfrentan la mayoría de los fumadores no es tanto la dependencia física a la nicotina, sino las excusas y los autoengaños que se cuentan a sí mismos para no tomar la decisión definitiva de dejarlo.
El hábito de fumar está tan profundamente arraigado en la vida de una persona que, con el tiempo, se convierte en parte de su identidad. Esto hace que el proceso de abandonar el tabaco no solo sea una cuestión física, sino también psicológica. Los fumadores se enfrentan a una batalla interna constante entre la voluntad de dejar de fumar y los pensamientos que justifican la continuación del hábito. A continuación, repasaré algunas de las excusas más comunes y los autoengaños que escucho a diario en mi consulta, para ayudar a los fumadores a reconocerlos y superarlos.
1. "Solo fumo cuando estoy estresado, pero no soy adicto"
Esta es una de las excusas más frecuentes. Muchos fumadores creen que su consumo de tabaco está controlado y que solo lo hacen en momentos de estrés o ansiedad. Sin embargo, el fumar es una respuesta condicionada a una emoción, y, aunque puede parecer que solo fumas en momentos puntuales, el hecho de recurrir al cigarro como una solución ante el estrés, la frustración o la tristeza muestra que el hábito está mucho más arraigado de lo que parece. La adicción al tabaco no se limita solo a los momentos en los que se fuma, sino que es una dependencia que se instala en el cuerpo y la mente, a menudo sin que el fumador sea consciente de ello.
2. "Intenté dejarlo antes y fracasé, no soy capaz"
Esta excusa proviene del sentimiento de derrota que experimentan muchos fumadores que han intentado dejar el tabaco en varias ocasiones sin éxito. Es común que, tras un intento fallido, los fumadores se convenzan de que no tienen la fuerza de voluntad necesaria para dejarlo. Sin embargo, lo cierto es que dejar de fumar no depende solo de la voluntad; hay muchos factores biológicos, emocionales y psicológicos que influyen. Las recaídas no son fracasos, son parte del proceso de superación. Cada intento es una lección que nos acerca más a la meta. Con el apoyo adecuado, como el tratamiento con láser, las probabilidades de éxito aumentan considerablemente.
3. "Es demasiado tarde para dejarlo, ya he fumado mucho"
El sentimiento de que "ya es demasiado tarde" es otro de los autoengaños comunes. Muchas personas, tras años de fumar, piensan que los daños ya están hechos y que dejar de fumar no les aportará ningún beneficio. Esta excusa ignora una verdad fundamental: nunca es tarde para dejar de fumar. El cuerpo tiene una increíble capacidad de regeneración. A las pocas horas de dejar el tabaco, el corazón comienza a recuperarse, y después de semanas o meses, los pulmones se reparan, reduciendo considerablemente el riesgo de enfermedades graves. La salud nunca es algo perdido; siempre hay oportunidad de mejorar.
4. "Mis amigos/familia también fuman, no puedo dejarlo solo"
El entorno social juega un papel fundamental en el proceso de dejar de fumar. Muchos fumadores sienten que están atrapados en un círculo vicioso donde el fumar está vinculado a su vida social. "Si mis amigos fuman, ¿por qué yo no?" es una excusa frecuente. Sin embargo, es importante reconocer que cada persona es responsable de sus propias decisiones. Aunque el entorno influye, cada uno tiene el poder de cambiar. Además, es probable que aquellos que fuman en su círculo también sientan la presión de dejarlo, y tu decisión puede ser el impulso que ellos necesitan para tomar el mismo camino.
5. "El láser no funcionará para mí"
Algunos fumadores sienten que han probado todo lo disponible, desde los parches hasta los medicamentos, y nada ha funcionado. Por eso, al escuchar hablar del tratamiento con láser, se sienten escépticos. "¿Cómo puede algo tan sencillo funcionar?" se preguntan. Sin embargo, el tratamiento con láser ha demostrado ser muy efectivo para muchas personas, ayudando a reducir la ansiedad y la necesidad de fumar, al mismo tiempo que apoya el proceso de desintoxicación del cuerpo. Si bien no hay un método único que funcione para todos, el láser ha ayudado a miles de personas a dar el paso definitivo hacia una vida libre de tabaco.
Conclusión: Reconocer las excusas y tomar acción
Las excusas y los autoengaños son barreras psicológicas que nos impiden alcanzar nuestras metas. Reconocerlos es el primer paso para superarlos. Si eres fumador y sientes que has probado todo y aún no has conseguido dejarlo, te invito a que consideres nuevas alternativas como el tratamiento con láser. Con el apoyo adecuado y la disposición para cambiar, puedes superar tus excusas y dejar de fumar de una vez por todas. El bienestar y la salud que ganarás valen más que cualquier excusa.
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